Endesa comienza el desmantelamiento de la histórica central de Compostilla, con un 80 por ciento de mano de obra local

Endesa comienza el desmantelamiento de la histórica central  de Compostilla, con un 80 por ciento de mano de obra local
Han vaciado los tanques de combustibles y aceites y se han desmontado cableado | cedida

Endesa ha dado inicio a los trabajos de desmantelamiento de la central térmica de Compostilla y de su vertedero, en Cubillos del Sil (el Bierzo), una operación de gran complejidad técnica que movilizará a unas 130 personas, el 80% del Bierzo, durante 48 meses. Así lo anunció en rueda de prensa el director general de Endesa Noroeste, Miguel Temboury.

Para el desmantelamiento de esta central histórica, Endesa aplicará los principios de economía circular, que no solo permitirá dar empleo a la población local, sino que, gracias al sistema de demolición selectiva, optimizará el aprovechamiento de los residuos, estimados en 266.870 toneladas, para su posterior valorización y reutilización.

“Endesa ha implicado a todas las áreas de la compañía para llevar a cabo un desmantelamiento que no solo técnicamente sea ejemplar, sino que sea sostenible y con principios de economía circular y lo estamos consiguiendo”, ha señalado Miguel Temboury, director general territorial de Endesa Noroeste, quien ha puesto en valor “la participación de mano de obra local cualificada gracias a los cursos de formación impartidos. Endesa no se va de las ubicaciones de sus centrales históricas, nos quedamos con nueva tecnología y nuevos proyectos para ser parte del futuro”.



Potencia


La central térmica de Compostilla disponía de tres grupos, cuya potencia sumaba 1.051,7 megavatios (MW), que habían entrado en funcionamiento entre 1972 y 1985. Otros dos grupos más antiguos ya se encontraban en proceso de desmontaje cuando se cerró la central en 2020, después de permanecer en servicio desde comienzos de los años 60. Las instalaciones de la central ocupan unas 375 hectáreas, superficie en la que se distinguen tres zonas claramente diferenciadas: un área que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos.

Antes de iniciar el proceso de desmantelamiento, en el que se aplican conceptos de economía circular, se han realizado diversos trabajos previos relacionados con la seguridad y la instalación en el lugar de la compañía adjudicataria de la obra, Recifemetal.

Las obras se prolongarán durante unos 48 meses, y un número máximo de 130 personas trabajando en el emplazamiento en el momento de mayor volumen de trabajo.

Los trabajadores proceden en gran parte de antiguas empresas contratistas o son residentes en el Bierzo, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, dio prioridad en el concurso de adjudicación a las ofertas que incluyesen el mayor número de empleados locales. En este sentido, de todos los trabajadores que participarán en el desmantelamiento, el 80% son de la comarca.

Para que la cualificación profesional no fuese un obstáculo en la búsqueda de oportunidades laborales por parte de los residentes en la comarca, Endesa se ocupó de organizar cuatro cursos de formación en desmantelamiento de centrales térmicas, por los que pasaron doscientos alumnos. En la actividad docente, la compañía contó con la colaboración de las fundaciones Ciuden (Ministerio de Transición Ecológica) y Santa Bárbara (Junta de Castilla y León).

La gestión de la demolición está siendo llevada a cabo por un equipo de alta cualificación, que es lo que requiere un cometido tan complejo como el que se realiza en Cubillos del Sil. Los trabajos siguen un minucioso proyecto, en el que nada queda a la improvisación, con el objetivo de mantener un alto estándar de seguridad para el elevado número de personal implicado.

Endesa aplica al proyecto los principios de la economía circular. De ahí que haya establecido un sistema de demolición selectiva, que se define como aquel conjunto de operaciones realizadas de forma gradual y coordinada para el máximo aprovechamiento posterior de los materiales que constituyen el residuo de demolición. Así se minimiza la fracción destinada a eliminación en vertederos autorizados. Se trata de un objetivo muy ambicioso, teniendo en cuenta que los residuos superarán las 266.870 toneladas.

Endesa comienza el desmantelamiento de la histórica central de Compostilla, con un 80 por ciento de mano de obra local

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