Es imposible que Santiago Abascal no haya tenido una malísima experiencia en Galicia. Solo así se entiende su fijación por asegurar que en esta tierra practicamos el “apartheid lingüístico”. Mientras la mayoría de los españoles aseguran que cuando hablamos parece que cantamos (aunque a nosotros esto nos toque un poco las narices), el líder de Vox considera que Feijóo es un peligroso nacionalista que obliga a los niños a hablar en gallego bajo el posible castigo de tenerse que ir a la cama sin cenar. Y luego en Vox se preguntarán porque en Galicia ni están ni se les espera...