Profetas del desastre

Además de sentirse siempre agraviado, el español que como tal se precie, debe repetir como un mantra el “yo no soy pesimista, sino realista”, frase española donde las haya. Con la pandemia y sus correspondientes secuelas, una pléyade de tertulianos y políticos han estado descalificando cualquier previsión razonablemente optimista que viniera del gobierno. Estos profetas del desastre aseguraban que íbamos a terminar con seis millones de parados, que Europa nos impondría recortes, que no tendríamos inmunidad de grupo antes del verano de 2022, que deberíamos estar inmersos en un enorme caos por levantar el estado de alarma, o que no sabremos invertir los fondos europeos. Sin embargo, los optimistas no pecamos necesariamente de ingenuidad, porque la campaña de vacunación es un éxito, la fatiga pandémica se diluirá este verano, y tendremos en los próximos años un fuerte crecimiento económico.

Profetas del desastre

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