no les habrá resultado sencillo a los jefes de la Federación de Fútbol y de LaLiga anunciar la decisión de que la competición se suspende sine die. Ellos, que ya han dejado bien claro que son capaces de hacer que la competición cruce medio planeta con tal de obtener beneficios. En nombre del espectáculo, claro. Y para llevar no se sabe qué valores a otras tierras. Pues no les ha quedado más remedio que asumir la realidad de que esto no es un aplazamiento de un par de jornadas, sino una cancelación. De pérdidas millonarias, como las de tantas otras industrias. E igual de necesaria. Los dioses del fútbol también son humanos. FOTO: rubiales y tebas, tal para cual