no se andan con muchas coñas en Noruega. Que se lo pregunten al ministro de Pesca de ese país, Per Sandberg, que ha perdido su cargo por la tontería de irse a Irán de vacaciones sin haber avisado y, además, llevándose su teléfono oficial. Y es que los servicios secretos noruegos consideran que Irán es un país peligroso para esto del hackeo tecnológico y por ello, creen que fue una irresponsabilidad mayúscula andar con un móvil oficial que puso haber dejado al descubiero buena parte de los secretos de estado noruegos. Así que, a su regreso, el ministro en cuestión, que además es xenófobo, ha tenido que renunciar a su cargo. FOTO: Per Sanberg | aec