qué cosas tiene la política. Ha hecho falta que el Reino Unido levante una frontera con la Unión Europea para que la que separa Gibraltar de España deje de existir. Es una de esas situaciones que no terminamos de entender: un español puede cruzar al peñón sin necesidad de pasaporte, gracias a que ambos forman parte del espacio Schengen, pero a un inglés que quiera pisar su colonia –Gibraltar sigue siendo británico, por más acento andaluz que se escuche– sí tendrán que ponerle el sello en el documento. Pero parece que todas las partes están contentas, así que será que así es como tiene que ser. Y si no, tampoco nos los van a explicar, no sea que opinemos. FOTO: la policía controla el acceso al peñón | efe