Los muy muy ricos también lloran

Los muy muy ricos también lloran

Qué dura es la vida de los ricos. Gracias a un culebrón supimos que también lloraban y, ahora, gracias a otro, sabemos que Messi también tiene corazón y no le gusta que le critiquen. Es suficiente firmar un par de resultados mediocres con un juego digno de equipo de la zona media de la tabla para que el vestuario de los ricos barcelonistas salte por los aires en una crisis que amenaza con alcanzar cotas homéricas. Rodarán cabezas, las que decida el astro argentino que no deben seguir pegadas al cuello que las alimenta, y la paz volverá con un par de goleadas. Es lo que tiene ser de los multimillonarios del fútbol. FOTO: Messi, diciendo adiós | aec

Los muy muy ricos también lloran

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