se confirman los rumores: los precintos policiales se pueden traspasar. La sospecha planea desde hace años, pero ha sido necesaria la prueba empírica conseguida por varios aventureros para salir de dudas. A lo largo de los años, muchos se habían quedado a unos centímetros de las cintas que prohíben el acceso a las playas coruñesas los días de temporal, temerosos quizá de que al aproximarse se activase algún tipo de alarma y saltasen agentes desde detrás de los setos del Paseo Marítimo. Ahora las barreras se han superado y ya no hay límites. Varios tipos –y tipas– duros han pasado por debajo del precinto y pisado arena. La de la duna de protección desecha por el embate de las olas, en concreto. Por la libertad. Por Instagram. Por el selfi del que le van a hablar a sus nietos. Porque “yo controlo, que soy de aquí de toda la vida”. Y han vuelto para contarlo. Por suerte para quienes tendrían que haberse jugado la vida para rescatarlos.. FOTO: un intrépido aventurero | aec