El Gobierno tiene previsto comprar siete tipos de vacunas, de siete compañías distintas, y que podrían empezar a suministrarse en mayo, cuando termine el estado de alarma. El plan de Sanidad, aquí viene lo bueno, cuenta con adquirir más dosis que el número de habitantes en el país. Y por una parte, es tranquilizador; uno no tendrá que demostrar que es merecedor de la vacuna para recibirla, no habrá ciudadanos de primera y de segunda. Pero, por otra parte, es inquietante. ¿Cuántas vacunas extra vamos a tener? ¿Y para qué? Si, como parece, destinar 1.000 millones de los fondos de la UE a esta compra supone que no haya nada para pruebas PCR y de antígenos o rastreo de contagios eso es dejar de luchar contra el virus en todos los frentes. Mala estrategia. FOTO: una de las vacunas que se desarrollan en el mundo | efe