xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, sigue de vacaciones, de las oficiales, de las que permiten rascarse la barriga lejos del despacho, porque de las otras lleva desde junio de 2015, pero ya se le echa de menos, sobre todo para que dé la cara ahora que se han descubierto las vergüenzas de la yihad contra Inditex. Rocío Fraga, que se supone que será musa de algún sector de la Marea, nasía pá’ganá, era la sargenta del destacamento de mamelucos que cargaba contra la empresa fundada por Amancio Ortega; ella se lo tomaba en serio, pero quienes la veían como estratega se partían de risa. Llegó a denunciar la supuesta explotación infantil que propiciaba que los expositores de las tiendas estuviesen llenos de camisetas; los certificados que avalaban que no había ninguna práctica sospechosa, eran papel mojado... Pero ahora resulta que las camisetas de las fiestas de María Pita se fabricaron en Bangladesh y ya no hay explotación y los certificados son documentos que prueban que todo es impoluto y cuenta con las bendiciones comerciales precisas... Que vuelva el alcalde, porfa. FOTO: el alcalde, rocío fraga y otros miembros de la troupe, exultantes | aec