Cada país responde al desafío que supone la vuelta al cole con las medidas que considera más adecuadas para este constante ensayo y error en el que vivimos desde hace meses. En Tailandia no se han conformado con las mascarillas y la desinfección de las manos y han colocado en cada pupitre una especie de burbuja de plástico que aísla a cada escolar del resto de la clase. La idea puede parecer un poco drástica para niños tan pequeños, pero durante el confinamiento ya demostraron que se adaptan a las circunstancias mucho mejor que los adultos. FOTO: un escolar de bangkok, en su burbuja | efe