navalni vuelve a Rusia este domingo para meterse directamente en la boca del lobo. Después de que haber sido envenenado por su condición de principal opositor del Gobierno de Vladimir Putin –versión no oficial, por supuesto– y llevar desde agosto tratando de recuperarse, ahora regresa a su país para enfrentarse a una solicitud para entrar en prisión. Resulta que mientras estaba en un hospital alemán luchando por su vida no se presentó ante las autoridades judiciales por una pena impuesta por un presunto fraude. Qué falta de respeto a la ¿justicia? FOTO: navalni, durante una manifestación | aec