si hacemos caso a esa máxima del fútbol de “entrenador nuevo, victoria segura”, el Deportivo ya podía contar con los tres puntos antes de salir al campo del Salamanca. Lo malo es que el jefe del banquillo rival también estaba de estreno, así que las probabilidades se complicaban. Y, claro, al final la cosa acabó en empate. La culpa es de la estadística. Aunque, bueno, menos da una piedra, estarán pensando los más optimistas del lugar. Que a los entrenadores nuevos, como a los alcaldes y los presidentes, hay que darles un periodo de gracia. FOTO: Rubén de la Barrera se estrenó como entrenador del Deportivo | aec