cada día son más los coruñeses que maldicen su suerte por no haber tenido la visión suficiente como para convertirse en abajofirmantes del manifiesto fundacional de la Marea Atlántica. Y es que en la ciudad herculina parece que los únicos asuntos que consiguen que el Ayuntamiento salga de su inacción y actúe son aquellos en los que el beneficiario (bien por la vía directa, bien por la indirecta) sea un miembro del selecto club de los miembros iniciales. Es cierto que luego hubo otros manifiestos y, por supuesto, más apoyo, pero los pata negra, los que de verdad consiguen sus objetivos, son los otros. Por ejemplo, que se lo cuenten a los cooperativistas del Ofimático. Años llevan esperando a que los pisos que construyen reciban el visto bueno definitivo por parte del consistorio. Primero la culpa era de los anteriores gobliernos locales, luego de la Xunta, más tarde de Fenosa y, ahora, que ya no quedan más posibles culpables, a Xiao Varela, mareante responsable de lo relacionado con el ladrillo, no le queda más remedio que mover ficha. Eso sí, por lo menos consiguió retrasarlo todo otras tres semanas. Algo es algo. FOTO: Xiao Varela, responsable de urbanismo y con casco | aec