Qué poco ha durado esa especie de tregua que habían firmado de cara a la galería el Gobierno y la Comunidad de Madrid. Al tiempo que los dirigentes regionales informaban de la ampliación de las restricciones a ocho zonas más de la capital el ministro Illa comparecía para mostrar su desacuerdo con la medida. Explicaba que su recomendación, que el Gobierno regional había desoído, es el cierre de toda la ciudad –y de todos los municipios con más de 500 casos por cada 100.000 habitantes–, la prohibición de consumo en las barras de los locales de hostelería y la reducción del aforo de las terrazas al 50%. Mucho más que el confinamiento selectivo de Ayuso y, es de suponer, mucho más eficaz. Parece que el Gobierno, incapaz en privado de hacer que la presidenta de la Comunidad entre en razón, ha tenido que recurrir a apuntar con el dedo públicamente a la responsable de lo que tiene pinta de que será un error garrafal. A ver si la estrategia funciona. Si Ayuso rectifica prometemos creernos que todo ha sido idea suya. foTO: illa, con intención de dejar las cosas claras | ep