como si de una partida de póker se tratara, estamos en tiempo de faroles. Los políticos esconden sus cartas y ponen rostro impenetrable en un intento de que el rival no sepa cuál es su baza a la hora de negociar un posible acuerdo de Gobierno. Por ello, hay que coger con cautela el veto que Ciudadanos de Galicia acaba de imponer a que Baltar vuelva a presidir la Diputación de Pontevedra. Es posible que Feijóo ya se lo oliera y por ello le ofreciera al PSOE que en Ourense (ciudad y provincia) gobernara la lista más votada. Es decir, los socialistas en la capital y el PP en la Diputación. Aún así, habrá que esperar para comprobar si el órdago lanzado por los autóctonos de Rivera va en serio o se puede enmarcar en esa estrategia de las formaciones para poner nervioso al rival y sacar mayor tajada. FOTO: Manuel Baltar | aec