RASPUTÍN, el de verdad, debía de ser muy bueno en lo suyo, porque sin programas cartománticos en las madrugadas televisivas donde aprender fue capaz de hechizar a la zarina Alejandra. Vamos, que era un self made man, un hombre hecho a sí mismo. Raputín el de mentira, el de Teis, es decir, Iago Martínez, tiene, en cambio, la ventaja de las teles, de las que debe de ser un adicto, pues va mejorando en sus habilidades esotéricas. A Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, lo tiene totalmente alienado, pues en la fiesta de paso de ecuador de la Marea, nasía pa’ganá, ha sido capaz de asegurar que está orgulloso de los logros de la Concejalía de Justicia Social, o sea, para entendernos, de lo que hace la pseudopeletera Silvia Cameán... menos mal que semejante disparate lo dijo ante una audiencia plenamente mareante, porque si no las carcajadas aún se están oyendo ahora mismo. Asunto en el que se mete la justiciera social –a ver si va a ser Wonder Woman–, asunto que sale mal. Aunque, claro, a lo mejor las entrañas de un ave dicen lo contrario y como hay tanto pájaro por ahí... FOTO: el alcalde, iago martínez y silvia cameán: el hechizado, el hechicero y ella | aec