EL vodevil que protagonizó el electricista bibliófilo, el antiguo chispas de la catedral de Santiago que decidió que el Códice Calixtino estaba mejor arrumbado en su garaje que en el templo xacobeo, acaba; no porque Vázquez Taín, juez a tiempo completo y escritor en horas libres, haya aprovechado las navidades para sacar la segunda parte de la novela que escribió y que tanto se parecía a la instrucción del caso, sino porque se alzan voces recordando que Manuel Fernández Castiñeiras aún no devolvió un euro de todo lo que afanó y que fue mucho. Durante años saqueó la caja fuerte de la basílica y llegó a amasar dos millones de euros, con divisas incluidas. Incluso hay vídeos donde se le ve trasvasando fajos de billetes con la cautela propia de un felino, pero de ahí a pretender que reintegre los santos dineros con los que llenó el peto... Hay muchos políticos a los que se dio vez antes que a él y aún no reintegraron ni un peso. FOTO: castiñeiras y su abogada | aec