el PSdeG suele tener fama de ser una especie de máquina fagocitadora de líderes. No hay más que ver la larga lista de secretarios generales que, tras un varapalo electoral, acabaron en el almacén de los objetos inservibles que poco a poco se va llenando. Ahora, Gonzalo Caballero pretende romper esta tendencia y pide tiempo. Incluso pretende presentar como un éxito el hecho de haber igualado los resultados de Leiceaga y haber relegado a la formación política a tercera fuerza en el pazo do Hórreo. Por eso pretende que la dura guerra que se avecina por su cabeza se dirima en los órganos del partido, donde, por cierto, tiene una cómoda mayoría. El problema es que parece que tampoco en esta ocasión se va a salvar y ya están empezando a cortarle la hierba bajo los pies. FOTO: gonzalo caballero | aec