QUé duro es esto de ser alcalde en verano. Sobre todo en Galicia, donde ya se sabe que las fiestas no son fiestas si no van acompañadas de alguna celebración gastronómica de dimensiones pantagruélicas. Así, ayer se pudo ver a Abel Caballero subido en una bicicleta de esas de acrobacias, para dar su apoyo al Marisquiño, que, pese al nombre, tiene más de deportes extremos que de comida. Por su parte, Xulio Ferreiro se tuvo que prodigar por los distintos escenarios del Noroeste, móvil en mano, inmortalizando su presencia como claro apoyo a las fiestas que organizó y que tanto gustaron a los indies. Les va en el sueldo. FOTO: Ferreiro con el grupo Bala | twitter