LA moda del reciclaje se impone. Hasta para las colillas de tabaco se ha descubierto una segunda vida. Resulta que son unos magníficos aislantes del ruido. Al menos eso sostiene un equipo de investigadores de la Universidad de Extremadura. No es que los científicos se las pongan en los oídos, a modo de tapones, y entren el mundo del silencio, sino que han descubierto que incorporadas a las paredes se convierten en un magnífico absorbente acústico. Ahora solo falta por saber si la habitación que tenga ese tipo de paredes apestará a tabaco. A investigarlo. FOTO: una mesa que es vicio puro: tabaco y alcohol | aec