Negro, pero muy negro se antoja el futuro del Deportivo. El conjunto coruñés esperaba que su paso por la Segunda B fuera una especie de paseo triunfal. Lejos de ello, se está demostrando que el equipo no está bien configurado para una categoría en la que lo de menos es el toque y lo que hace falta es un compromiso inquebrantable con el club. La primera víctima de este desastre ya fue Fernando Vázquez, pero la llegada de Rubén de la Barrera no ha servido para enderezar un rumbo que, a estas alturas, parece que no es el que lleva al conjunto blanquiazul de nuevo a la Segunda división. foto: Rubén de la barrera | aec