El ministro Escrivá, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, ha presentado estos días su propuesta de sablazo a los autónomos. Finalmente, se han cumplido los vaticinios y el Gobierno plantea que los autónomos coticen a la Seguridad Social en función de sus ingresos reales. Para ello ha presentado una tabla que, en palabras del presidente de ATA, sólo se merece ir directamente a la trituradora. Según Lorenzo Amor, el nuevo diseño de cotizaciones se ha hecho sin hablar con las Asociaciones de Autónomos y desde un profundo desconocimiento. El resultado es que la media de cotizaciones subirá casi al doble. Pero no sólo no se ha tenido en cuenta esta circunstancia, sino que tampoco se entiende el momento elegido, aunque se haya dicho por parte de ministro que la reforma no entrará en vigor hasta 2023.
La primera consecuencia es sin duda el aumento de las cotizaciones, pero no es la única. Quizá no ha contado Escrivá que es más que probable que aumente la economía sumergida y la proliferación de cambios societarios, ya que muchos autónomos cambiarán su forma jurídica y se convertirán en empresas de todo tipo. Si esto fuera así y no es difícil vaticinarlo, la Seguridad Social perdería recaudación al tiempo que se dejaría de ingresar impuestos por el IRPF.
Es todo un desatino que veremos cómo acaba, porque los autónomos están dispuestos a dar la batalla. Aún hoy más de 450.000 autónomos están en cese de actividad, decenas de miles han tenido que echar el cierre y otros tantos subsisten de milagro.
¿De verdad era el momento de abordar esta reforma, de alimentar la ansiedad en la que viven y con la que trabajan miles y miles de autónomos? Claro que se puede discutir si es mejor cotizar más para recibir más en el futuro, pero esa decisión es personal y nunca debería ser impuesta. Precisamente, los vaivenes en los ingresos de los autónomos, la inestabilidad permanente en el cobro de sus facturas y hasta el retraso en ese cobro, hace que muchos coticen por la mínima a sabiendas de que en su libertad cobrarán menos pensión o menos prestación y que por ello deben ahorrar o invertir cuando y donde quieran a lo largo de su vida laboral. No creo que sea el Gobierno el que deba atribuirse como los autónomos tienen que planificar su futuro.