El arquero pontés Daniel Castro Barcala prácticamente no tendrá que deshacer la maleta con la que acudió a un exitoso Gran Premio de Antalya, en Turquía, y en el que el integrante del Sílex finalizó como el mejor española en liza al terminar noveno. Y es que si el pontés llegó de nuevo ayer a casa, el viernes tendrá que volver a subirse a un avión para tomar parte en el Copa del Mundo de Guatemala como integrante, ya oficial, de la selección española de arco recurvo.
La Federación Española de la disciplina hizo público ayer el combinado estatal que tomará parte en las Copas del Mundo y, por lo tanto, tendrá la opción de pelear por estar en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Que su nombre figure como uno de los tres miembros de este equipo no sorprende, ni a aficionados ni al propio Castro, puesto que el de As Pontes terminó el proceso clasificatorio tercero –por detrás de Miguel Alvariño y Pablo Acha–. “Lo intuía”, señala Castro poco después del bajarse del avión en Madrid. Y es que si bien su lugar de bronce parecía darle por lógica ese lugar en el combinado, el término “criterio técnico” de las bases de los clasificatorios dejaba la puerta abierta a sorpresas. Y alguna sí que hubo, como señala el propio Castro, ya que “hubo un cambio de última hora”, dándole la oportunidad a Ken Sánchez –cuarto en el clasificatorio– en la cita de Guatemala y a su hermano Yun –quinto– en la de Lausane, puesto que “estaban muy igualados y quieren que compitan los dos”.
Redención
Para Castro, su presencia en el grupo nacional supone resarcirse de su actuación del pasado año en esta misma cita y en la que finalmente quedó fuera de la selección al ser quinto y, por lo tanto, sin opciones de pelear por Tokio. Ahora, el pontés tiene una segunda oportunidad, de esas que pocas veces pasan.
“Afronté el clasificatorio de otra manera, hice un trabajo mucho más mental y estoy mucho mejor que el año pasado”, comenta el ya integrante del equipo español, “me lo merezco porque he trabajo mucho este año”. Un proceso, el de clasificación, de “continuo aprendizaje” para el pontés que señala que “es una competición muy larga y da igual que hagas el primero bien si luego los otros te van mal. Yo intenté dar lo mejor de mí todo el rato” señala un Castro que se muestra “contento con el trabajo hecho. Estoy en una línea bastante buena y no tengo pensado hacer algo diferente, solo tener paciencia y seguir en este camino”.
Y, de momento, esta senda le está llevando a los sitios en los que quiere estar como un equipo nacional de arco recurvo que espera clasificar parar los Juegos de Tokio en la cita preolímpica de París, puesto que “no es lo mismo ir uno que ir los tres, así tendríamos opciones de medalla tanto en individual como por equipos masculinos y mixtos”, señala Castro.
Mientras tanto, el local sigue entre Madrid y el mundo, a excepción de su villa natal, As Pontes, en la que no está desde enero debido, tanto a la pandemia, como a lo exigente de su preparación, y a la que espera volver pronto.