Ya no depende de sí mismo el Racing para acabar el campeonato regular del subgrupo 1-A entre los tres primeros, los que la próxima temporada jugarán en Primera RFEF y esta seguirán luchando por el ascenso a Segunda. Pero lo que el equipo ferrolano sí tiene en sus manos es, al menos, no correr el riesgo de perder dos categorías en una sola temporada. Para ello necesita ganar en el partido que lo enfrenta al Guijuelo esta tarde –17.00 horas, A Malata–, resultado que le garantizaría acabar entre los seis primeros y dejaría para la última jornada la opción de colarse entre los tres de cabeza.
Con un mayor volumen de trabajo que el pasado miércoles, cuando la plantilla del Racing, con ocho casos positivos por Covid-19, volvió a la competición tras diez de confinamiento y solo cuatro sesiones de entrenamiento en sus piernas, el equipo ferrolano espera ir recuperando poco a poco la normalidad. Aún no está al completo –Yeferson Quintana sigue confinado y los problemas musculares por la enfermedad hacen que la presencia de Quique Fornos y Pumar sea más que dudosa–, pero lo que intentará es que su nivel vaya subiendo poco a poco.
Las dificultades físicas que acompañan al Racing condicionan su puesta en escena, pero eso no le vale de excusa de cara a buscar los tres puntos. Lo que intentará para ello es mantener el nivel la mayor cantidad de minutos que sea posible para solventar el partido cuanto antes. Será la manera de no llegar al tramo final de partido con apuros, con la dificultad que eso podría conllevar en caso de que el desgaste físico haga mella a su juego a la hora de desplegarse.
Necesidad
Enfrente del Racing estará hoy un equipo que, tras trece jornadas sin ganar, sabe que lo que le espera es luchar por la permanencia. Los nueve puntos que ha sumado hasta ahora, además, lo convierten en un serio candidato a perder dos categorías en una sola temporada. De ahí que ganar los dos partidos de la primera fase que le quedan sea su única alternativa para que su futuro no está decidido antes de tiempo.