Desde que la pandemia llegó a nuestras vidas los jueves y los viernes son los días de tele, sofá y mantita por excelencia. Es lo que tiene la falta de vida social, que hay que llenar las horas con lo que sea. Y sentarse delante del televisor es de lo que menos esfuerzo requiere. Esto vale para toda la semana, por algo hemos batido el récord de horas vistas: más de cuatro cada día de media. Pero los jueves y los viernes tenemos especial gusto por aferrarnos al mando para pasar el rato. Solo podemos pedir a los programadores de las cadenas que piensen en nosotros, sus fieles espectadores.