Ferrolterra exige soluciones urgentes con una huelga ampliamente respaldada

Ferrolterra exige soluciones urgentes con una huelga ampliamente respaldada
La manifestación, a su paso por la Carretera de Castilla, donde prácticamente todos los establecimientos comerciales permanecieron cerrados | jorge meis

Ferrolterra levantó ayer la cabeza para dar un golpe encima de una mesa en la que hace tiempo no se sienta. Como sucedió hace casi ocho años, con otra jornada de paro comarcal, la huelga convocada por los tres sindicatos mayoritarios –CCOO, CIG y UGT– para reclamar soluciones a la grave crisis industrial consiguió paralizar, sobre todo durante la madrugada y por la mañana, buena parte de la actividad económica, y no solo en las grandes empresas industriales que todavía sobreviven en la comarca. Decenas de locales comerciales y establecimientos de hostelería decidieron “motu proprio” no abrir en toda la jornada y muchos otros bajaron la verja por la acción de los piquetes, que desde primera hora de la mañana se situaron en los accesos de los polígonos industriales –principalmente en Río do Pozo– y comerciales –A Gándara– para disuadir a trabajadores y empresarios de que parasen.


A diferencia de la huelga anterior –2013–, apenas hubo incidentes, más allá de algún intercambio de palabras con empleados o clientes que defendían estar en su derecho de trabajar y consumir como otro día cualquiera. Con todo, y pese a algún momento de tensión, los agentes de la Policía Nacional desplegados no tuvieron que intervenir.


Desde media mañana las acciones se centraron en el polígono de A Gándara. Desde allí, concretamente desde la rotonda que conecta la Trinchera con la avenida Nicasio Pérez, salió la manifestación que a través de la Carretera de Castilla finalizó en Porta Nova, un lugar emblemático de la lucha obrera. Fue allí donde hace 49 años, los trabajadores del astillero Amador Rey y Daniel Niebla fueron asesinados por disparos de la policía franquista en el transcurso de una manifestación del sector naval.


Casi medio siglo después, en el Día da Clase Obreira Galega, unas 4.500 personas –según las estimaciones de la Policía Local– expresaron con su presencia su preocupación por el panorama de un sector industrial en sus horas más bajas y por una coyuntura económica marcada por la pandemia que está abocando al cierre, por falta de ayudas, a decenas de establecimientos comerciales y hosteleros


“Punto de inflexión”

“Hoxe ten que ser un punto de inflexión para mudar o rumbo das nosas comarcas”, aseguró el secretario comarcal de la CIG, Manel Grandal, quien señaló a los gobiernos central y autonómico como responsables de la “desfeita” industrial. El portavoz de la central nacionalista enumeró los agravios con Ferrolterra a lo largo de las últimas décadas y los proyectos fallidos anunciados –modernización de los astilleros, dique de reparaciones, eólica marina, Vía de Alta Capacidad o regeneración de la ría, entre otros– y señaló que con el acto “de orgullo e dignidade” de ayer llegó el momento de que “asuman dunha vez por todas que non estamos dispostas e dispostos a seguir sendo torturados”.


4.500 personas

Participaron en la manifestación, que partió de Nicasio Pérez y finalizó en Porta Nova, al lado del monumento del 10 de Marzo


“Señoras e señores do PP, do PSOE e de Unidas Podemos”, dijo Grandal, “son vostedes os que teñen a chave das noces e, polo tanto, a responsabilidade de pór as nosas comarcas no sitio que corresponde”, tomando decisiones “mirando para esta parte do país”.


El secretario comarcal de la CIG se dirigió también a los alcaldes y alcaldesas de las comarcas, a quienes invitó a “non desfallecer, non caer no erro de épocas pasadas de facer de parapeto, de meros transmisores de proxectos ficticios, de promesas no aire. Sería avalar unha nova traizón. Rebeládevos con nós, firmes e sen pasos atrás”. Advirtió, asimismo, que “xa non caben máis milongas nin máis enganos” y destacó que “non é tempo de crear mesas, nin comisións nin plataformas: é o momento de feitos”, por lo que, subrayó, “non imos ser cómplices de batallas de salón nin de reproches teatrais entre uns e outros”.

“Temos a obriga de esixir”


Por su parte, Santiago Díaz, secretario comarcal de CCOO, repasó los indicadores económicos de las comarcas que, explicó, “de seguir así se converterán nun deserto humano” por la falta de oportunidades laborales para la juventud, cuya única salida, aseveró, “é a emigración”.


Díaz recordó que las empresas motoras de la comarca “pechan ou están sen actividade” y que la política en materia de infraestructuras –por carretera y ferrocarril– solo se explica desde “o desprezo a Ferrolterra”. “Chegados ata aquí”, sostuvo Díaz, “temos que berrar que basta xa de apartarnos do mapa”.


Díaz animó a la ciudadanía a “non caer na apatía, nun estado depresivo ou na busca de solucións individuais” y ensalzó la unidad que ha desembocado en la movilización de ayer para forzar “unhas medidas firmes que poñan remedio á morte económica” de la zona.


“Temos a obriga”, añadió, “de esixir ao Estado o que non fixo hai 40 anos, cando a fraudulenta reconversión do naval: a diversificación”. Para ello, es necesario, defendió, no solo asumir las demandas de los comités de empresa de los astilleros de la ría –modernización de instalaciones, dique cubierto, etc.–, sino apostar por que la comarca sea “un polo de desenvolvemento das enerxías renovables” y por “recuperar o noso potencial marisqueiro”.


También se refirió Santiago Díaz a la implicación del Estado en la solución a los problemas de la comarca. “Foi o Estado o que se interesou polas nosas posibilidades e foi o Estado o que acometeu unha salvaxe reconversión industrial prometendo unha diversificación que nunca chegou”. Por último, el líder de CCOO culpó a la Xunta de la crisis de la industria local, a la que, pese a tener competencias en materia industrial, “asiste impasible ao seu desmantelamento”. Por eso, añadió, “esiximos que sexan as administracións autonómica e estatal as que cumpran coa súa obriga e propoñan as solucións precisas para evitar a morte destas comarcas”, puesto que, recordó, “este non é só un problema industrial, senón un problema económico que afecta a todos os sectores”.


“Non nos imos deixar ir”

El secretario general de la UGT de Ferrol, José Antonio Díaz, fue el último en intervenir. Lamentó que Ferrolterra “estea esquecida da man do goberno central e autonómico” y señaló que “temos que comezar a esixir” porque “non pode ser que cun goberno progresista como o que temos en Madrid as reformas laborais sigan vixentes”. En este sentido, instó al Ejecutivo central a derogarla, al igual que la reforma de las pensiones, y trabajar para fijar “un salario mínimo interprofesional acorde ás necesidades actuais dos traballadores”.


El dirigente ugetista incidió en que el naval “ten que ser a locomotora da nosa economía” y que se debe dotar a la zona de “infraestruturas reais”. Por ello, pidió a las fuerzas políticas con responsabilidades de gobierno “que fagan o que teñen que facer: devolvernos a reindustrialización para poder sobrevivir”. “Imos seguir nesta loita, non imos deixarnos ir”, finalizó”. 

Ferrolterra exige soluciones urgentes con una huelga ampliamente respaldada

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