La reina Isabel II no verá la entrevista de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, este domingo en la televisión estadounidense con Oprah Winfrey, aunque la Casa Real británica se prepara para las potenciales consecuencias de las declaraciones de la pareja.
Según el "Sunday Times", generalmente bien informado sobre cuestiones monárquicas, la reina no seguirá el programa que este domingo se difundirá en EEUU y mañana en el Reino Unido, pero su entorno -que tilda de "circo" la conversación- se muestra listo para adoptar represalias si se vierten ataques personales.
El momento de la entrevista se considera particularmente inoportuno por el Palacio de Buckingham, pues el marido de Isabel II, el príncipe Felipe, se halla hospitalizado por una infección desde el 17 de febrero y acaba de ser sometido a una intervención cardíaca.
La intención de la reina, según los medios británicos más cercanos a palacio, es tratar de ignorar la batalla dialéctica en la que se hallan los duques de Sussex y multiplicar sus actividades públicas en las próximas semanas para destacar su papel de servicio a la sociedad.
Isabel II dará un mensaje grabado en un programa televisado este domingo por el Día de la Commonwealth, en el que se espera que aborde sobre todo los efectos de la pandemia pero no que haga alusiones indirectas al conflicto en el interior de la familia real.
Fuentes monárquicas citadas por el "Sunday Times" señalaron que el entorno de la reina "saldrá en tromba" si las declaraciones de Enrique y Meghan contienen cuestionamientos sobre la corona o ataques personales.
"El estado de ánimo en la familia es: ¿Podría todo el mundo callarse de una maldita vez y podríamos seguir con el trabajo diario?", señaló un alto cargo de Buckinghan no identificado al dominical.
La prensa británica dedica este domingo grandes portadas a la entrevista del nieto y la nuera de la monarca con Oprah Winfrey, que llega a ser comparada por su relevancia con la que Diana de Gales ofreció a la BBC en 1995, en la que reveló sus problemas maritales y sus conflictos personales.
A lo largo de los últimos días se han difundido breves extractos de la conversación que será emitida por la CBS en Estados Unidos. En el último de ellos, Meghan asegura sentirse por fin libre para tomar sus decisiones, algo que no pudo hacer mientras trabajaba para la Familia Real.
Especial inquietud suscita la posibilidad de que Meghan Markle revele las peleas que mantuvo con su cuñada Catalina, duquesa de Cambridge y esposa del príncipe Guillermo, según el diario "The Sun", que especula con que la venganza de Buckingham podría llegar hasta arrebatar sus títulos nobiliarios a los duques de Sussex.
El pasado 19 de febrero, Enrique y Meghan confirmaron a la reina que no volverán a trabajar como miembros de la familia real británica, tras haber decidido hace un año apartarse de la monarquía, empezar una nueva vida fuera del Reino Unido y ser financieramente independientes, en lo que entonces se conoció como el "Megxit".
Tras esta confirmación, la jefa de Estado decidió retirarle a su nieto -sexto en la línea de sucesión al trono británico- los patrocinios honorarios que ostentaba y distribuirlos entre otros miembros de la familia.
Días después de ese anuncio, el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión, se mostró "verdaderamente triste e impactado", según fuentes cercanas a él, por el comportamiento de su hermano, en unas palabras infrecuentes en el vocabulario normalmente calculado y mesurado de los miembros de la Firma, como es conocida la familia entre los británicos.