El Racing arrancó la preparación del partido que el domingo a las 12.00 lo mide al Coruxo sin Álex López y Jon García. Ninguno pudo acabar el partido ante el Deportivo por lesión y se perdieron, tres días después, la disputa ante el Celta B. Ahora, aunque evolucionan favorablemente de sus dolencias –el centrocampista ferrolano sufre una microrrotura de fibras y el defensa vasco un estiramiento–, siguen sin ejercitarse y será hacia finales de semana cuando una nueva evaluación médica determine si Cristóbal Parralo podrá contar con ellos para el importante choque en O Vao.
Ambos estaban siendo piezas fundamentales en los esquemas de Emilio Larraz al igual que en los del nuevo técnico. Sin embargo, ante el Celta B se comprobó que, aunque no contar con ellos supone una ausencia sensible, en la plantilla racinguistas hay alternativas para suplirlos con modificaciones tácticas y de control de la posesión.
Jon García es uno de los indiscutibles en el centro de la zaga ferrolana, donde el Racing, sin embargo, acumula varios jugadores que ya se han desempeñado con garantías esta campaña: Fornos, su “pareja” en los últimos choques, Bruno Rivada y, sobre todo, Yeferson Quintana, quien tras cumplir su sanción de cinco partidos regresó en el momento preciso para suplir a García.
Ante el Deportivo, el uruguayo entró mediada la primera parte y, aunque comenzó titubeante, no tardó en meterse en faena. Ante el Celta B volvió a ofrecer su mejor versión, al nivel de antes de su prolongada ausencia. De hecho, visto como todos los inquilinos de esa posición se han desempeñado últimamente, cuando García vuelva a estar operativo, Parralo tendrá difícil descartar a uno si, como parece, continúa apostando por una defensa de cuatro.
En el caso de Álex López, el jugador del barrio de Santa Mariña es el auténtico cerebro del equipo, una pieza clave en el centro del campo con pocos recambios naturales en la plantilla. Javi Rey da el perfil, pero le ha faltado continuidad esta campaña. Ante el Celta, el técnico prefirió incluir a Fer Beltrán, un “box to box” con una gran “deposito de gasolina” y su alianza con un Elsinho “reenganchado” al juego resultó realmente satisfactoria. Por lo visto hasta el momento, Cristóbal Parralo prefiere el dinamismo que el orden posicional inamovible.