Ferol, una ciudad con química

Los químicos de todo el mundo, incluidos los gallegos, celebraremos el próximo 15 de noviembre la festividad de nuestro patrono, san Alberto Magno. Este doctor de la Iglesia está considerado como el primer alquimista europeo. A él se atribuye, por ejemplo, el aislamiento del arsénico en estado puro. Noviembre es el mes de la Química. En este mes, del 15 al 17, también viviremos el XXIII Encuentro Gallego-Portugués de Química. Será en la hospitalaria Ferrol, una ciudad y su comarca que acoge un tupido entramado de empresas en las que la profesión química es protagonista. Ferrol, es sin duda, una ciudad con química.
Los químicos gallegos y nuestros hermanos, los químicos portugueses, somos unos pioneros. Y lo somos en tender puentes. Los profesionales de una y otra orilla del río Miño nos unimos y nos reunimos un año en una ciudad portuguesa y al año siguiente en una ciudad gallega. En 2017 le toca el turno a Ferrol. La elección ha sido certera. Lo llevamos haciendo 23 años. Nuestros Encontros pronto cumplirán un cuarto de siglo. Pocos sectores profesionales conozco donde la relación entre Galicia y Portugal haya fructificado a lo largo de las dos últimas décadas. Y que además haya tenido esa vocación de continuidad en el tiempo. Aconsejo a otras profesiones, a otros sectores y a otros ámbitos de la actividad económica, social y política que hagan suyo nuestro ejemplo. Porque los frutos están ahí. Esta intensa relación profesional ha servido para sacar adelante proyectos de investigación, para compartir experiencias, para marcar una línea de trabajo y colaboración que, estoy seguro, se mantendrá en el tiempo. Todo dependerá también de las nuevas generaciones de químicos. Pero la semilla de la colaboración ya está plantada y el árbol ya da sus frutos. Solo habrá que abonarlo con esmero.
Son 23 años. Nada de lo que sucedía en 1994 tiene que ver con lo que sucede hoy. Nuestro mundo no es el mismo. Y gracias a nosotros, los químicos, nuestro entorno es más habitable. Los químicos portugueses y los químicos gallegos trabajamos a diario para que los más de trece millones de habitantes de Galicia y Portugal tengan una mejor calidad de vida. Nuestro objetivo como profesionales radica en suministrar a la sociedad soluciones a los retos que plantea. Y esos retos son infinitos. Porque los químicos gallegos, al igual que los químicos portugueses, queremos estar cerca de la sociedad, queremos que la sociedad sea consciente de la relevancia que tiene la química en su día a día. Porque los químicos portugueses y gallegos somos pieza básica en el tejido productivo de esta franja que baña el Océano Atlántico. Desempeñamos tareas fundamentales en empresas energéticas, medioambientales, farmacéuticas, sanitarias, biotecnológicas, de alimentación… La lista es larga. Y en Ferrol, por ejemplo, existe una muestra de todas esas empresas de los más diversos sectores. 
Somos también pieza básica en el sistema educativo que forma a las generaciones del futuro. Estamos en las universidades gallegas y portuguesas para transmitir conocimientos y experiencia a las generaciones que pronto asumirán responsabilidades. También tenemos una presencia activa en el campo de la investigación, donde tratamos de buscar soluciones para problemas concretos. Y también asumimos responsabilidad en la sanidad pública y privada. Los químicos hacemos país. Y hacemos también que nuestra sociedad sea mejor y más feliz. 
El XXIII Encontro Galego-Portugués de Química, estoy seguro, será el mejor encontro de los celebrados hasta hoy. Ferrol será el escaparate de la química. Durante estos días los químicos portugueses y gallegos nos conoceremos un poco mejor y conoceremos los nuevos avances y las últimas investigaciones de Galicia y Portugal. Compartiremos y divulgaremos nuestros logros. Esta cita nos enriquecerá y enriquecerá a nuestro entorno. La química está muy viva. Todos somos química. Y Ferrol será testigo.

Manuel Rodríguez Méndez, decano del Colegio Oficial de Químicos de Galicia

Ferol, una ciudad con química

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