on lo bien que estaba saliendo la película, y va el Puigdemont, se salta el guion y la caga. El Puchi pasó de ser coprotagonista con Rajoy, a actor de reparto con un papel miserento. Hasta que el nacho aplicó el 155, la cosa iba por el buen camino, y toda la trama se desarrollaba de forma previsible (yo digo, tú dices; yo hago, tú haces), pero a partir de ahí se jodió el asunto. No ha habido resistencia, ni violencia, ni nada; y así no se hace una revolución, ni cosa que se le parezca. Cambiar un buen tiroteo por unas elecciones autonómicas tampoco va a solucionar el asunto de la independencia catalana, que sigue tan latente como antes de la efímera proclamación del Independence Day catalán. Si ganan los independentistas, y quisieran proclamar la república, tendrán que hacer lo mismo: saltarse la Constitución, con la misma reacción del gobierno central, y los mismos resultados. Espero expectante, y reconozco que me lo he pasado pipa.