Los productores españoles de leche están otra vez a la greña con las industrias lácteas, compradoras y comercializadoras (que son las que marcan los precios de venta a los productores, por debajo de los costes de producción), y con el Gobierno. Una situación así es insostenible. Nada se puede vender por debajo de costes de producción sin arruinarse. Pero a las vacas, que transforman la hierba o el pienso en leche, todo este asunto les trae las ubres flojas.
Creo que hay un grave problema de competitividad de las vacas españolas con otras europeas, del que las nuestras no son conscientes.
Creo que lo mejor para solucionar el problema de costes de producción, sin tocar las normas de libre competencia, es que el Gobierno debe aplicar a las vacas la misma reforma laboral que a los trabajadores de este país: recortarles el pienso, no mugir, que beban más agua, e imponer ordeñadoras a pedales. Y a otra cosa Mariano.