NO FORMA NI FONDO

No hay mentira ni bluff que cien años duren. Antes o después, al final las cosas vuelven a su sitio. Es lo que le ha sucedido a Carme Chacón, jaleada por los medios y promocionada por un poderoso equipo de imagen y relaciones públicas, pero que a la postre no ha sido capaz de imponerse en el cónclave socialista de Sevilla de este fin de semana a un rival gastado y sin capacidad alguna de liderazgo cual es Alfredo Pérez Rubalcaba.

Propios y extraños han venido a coincidir en que su discurso de presentación de candidatura ante los casi mil delegados reunidos en la capital andaluza fue la puntilla. Propios y extraños han puesto de relieve que si Rodríguez Zapatero ganó hace once años el congreso gracias a su brillante presentación, la el sábado aspirante a liderar el partido arruinó sus posibilidades con un discurso mal interpretado, en el que la forma gritona y sobreactuada eclipsó y tapó el fondo de sus mensajes.

Discursos y mensajes tanto de Pérez Rubalcaba como de Carme Chacón han mostrado en el congreso de Sevilla la escasa evolución del socialismo hispano

Quedarán sus voces y sus gallos, sus “grititos de tardoadolescente”, como alguien ha señalado, que sepultaron un texto encaminado a encandilar y levantar los desanimados cuerpos y almas de los que muy pocas horas más tarde iban a ser llamados a votar. Y no sólo no encandiló, sino que, por lo que se comenta, echó atrás a más de uno.

Falló la forma, pero justo es añadir que el fondo tampoco estuvo a la altura de las circunstancias. Y eso tanto en uno como en otro aspirante.

Tanto a lo largo de la campaña interna como en el propio desarrollo del congreso. El discurso de Pérez Rubalcaba bien podía haber salido de alguno de los actos celebrados en las vísperas electorales del pasado 20 de noviembre. Más de lo mismo: los especuladores, los mercados, los bancos, la Iglesia. Chacón, por su parte, concretaba algo más poniendo nombres y apellidos: la señora Merkel y Rouco Varela.

Ni forma, ni fondo, pues. Y lo último resulta especialmente preocupante, pues es reflejo de la falta de respuestas al difícil momento presente que aqueja a toda la socialdemocracia europea, pero representación también de la mínima evolución ideológica del socialismo hispano, que sigue aferrado a sus patinetas y lugares comunes de siempre.

La victoria de Carme Chacón habría significado una revolución interna que el Partido Socialista no ha querido asumir. Ha preferido la experiencia y el conocimiento del personaje. Y quiero también pensar que ha apostado por la voz única en toda España. Con todo, a Pérez Rubalcaba se le presenta el terrible panorama de un partido desunido y sin casi poder que administrar. Si termina por perder Andalucía, tendría que limitarse a regentar la nada.

NO FORMA NI FONDO

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