Triste suceso el acontecido este martes en las instalaciones del colegio Tirso de Molina en Ferrol, donde uno de sus profesores más veteranos, Francisco Rioboó Serantes, fallecía tras sufrir una insuficiencia cardíaca cuando se encontraba en el centro para acudir a un curso formativo.

Conocido por el alumnado y sus colegas docentes como Kiko, tenía 62 años, era el titular de la asignatura de Filosofía y su talante en las aulas no dejaba a nadie indiferente. De hecho, logró que muchas generaciones de jóvenes ferrolanos se interesasen (e incluso se apasionasen) por un área de conocimiento que él se encargó de hacer accesible.

“Estaba bien, esperando tranquilamente con nosotros”, explicaba todavía consternado César Carreño, su compañero en el claustro. Relataba que, en cuanto se desvaneció, le practicaron entre ellos las maniobras aunque la ambulancia “vino muy rápido”. No obstante, tras 45 minutos de reanimación, solo pudieron confirmar su fallecimiento.

Más que un profesor

A sus 62 años, Kiko seguía logrando hacer atractiva la Filosofía para el alumnado como cuando empezó, hace unas cuatro décadas. Por eso, los miles que pasaron por sus aulas no ocultaron su tristeza y la noticia de su fallecimiento corrió como la pólvora en las redes sociales y el WhatsApp, dejando un reguero de pésames para que el fue un profesor formidable y estimulante.

“Foi un mestre no sentido máis profundo da palabra: non só ensinaba Filosofía, senón que contaxiaba o amor pola reflexión, o pensamento crítico e o coñecemento”, valoraban desde el centro, añadiendo que "a súa maneira de explicar, de acompañar e de escoitar fixo que moitas xeracións de estudantes descubrisen na Filosofía un camiño de preguntas e paixón".

"A súa perda déixanos un enorme baleiro”, incidían, añadiendo que “a súa memoria seguirá viva en cada lección aprendida ao seu carón”. Sus familiares y seres querido lo han estado velando en el tanatorio Albia de A Gándara.