Después de algunos reveses, como procesamiento de Torra por desobediencia y el rechazo del Parlament a una iniciativa popular que pedía la declaración de independencia, el independentismo prepara una gran traca propagandística a escala internacional. Lo cual vuelve a poner sobre la mesa la indolencia del Estado a la hora de contrarrestar este tipo de operaciones respaldadas por la Generalitat.
El motivo es recurrente: la supuesta actuación represora del Reino de España sobre unos líderes encarcelados por sus ideas. Y la excusa, la constitución del Parlamento Europeo el próximo 2 de julio.
Al fondo, la negativa de España a conceder la condición plena de eurodiputados, por no haber cubierto personalmente el trámite preceptivo de acatamiento a la Constitución, a quienes salieron elegidos estando huidos de la Justicia o encarcelados a la espera de sentencia.
Uno de ellos es Puigdemont. El más indicado y el mejor dispuesto para personalizar la campaña la semana que viene. Incluye una manifestación frente al Parlamento Europeo en Estrasburgo y un manifiesto de solidaridad con los presos llamados “políticos” por la propaganda independentista. Irá suscrito por cinco grandes universidades del mundo. Entre las que se han sumado figuran las de Harvard, Cambridge y Oxford.
Sin embargo, hasta ahora han sido inútiles los esfuerzos de Puigdemont y compañía por adquirir la credencial. El PE no se la concede si no figuran en la lista remitida desde Madrid por la Junta Electoral Central. Y esta no les ha incluido en la lista enviada al efecto a Bruselas.
Por otra parte, el presidente del Europarlamento, Antonio Tajani, remitió una carta a Puigdemont y a Comín, en la que vuelve a rechazar sus pretensiones de ejercer de eurodiputados sin figurar en la lista. “Parece ser que sus nombres no están en la lista de diputados electos comunicada oficialmente al PE. En consecuencia, y hasta nuevas notificaciones de las autoridades españolas, no estoy por ahora en posición de reconocerlos como futuros miembros”, se lee en la carta.
Ahora la incógnita es saber si este, como ha insinuado, se personará frente a la sede del PE el 2 de julio. Es territorio francés y hay un precedente muy cercano. El del etarra Josu Ternera, que fue objeto de la aplicación inmediata de una euroorden de detención. Si Puigdemont se presenta en Estrasburgo España podría reactivar la orden de detención europea. No estoy seguro de que quiera correr ese riesgo.