El regreso de Jesús Gil

JESÚS Gil, aquel clon de King Kong –en lo físico y en lo intelectual– que simultaneó el Atlético de Madrid con la Alcaldía de Marbella, protagonizó aquella esperpéntica liorta con Caneda –otro que tal baila– en la que el entonces gerente del Compostela, José María Fidalgo, fue quien apañó las labazadas. Enemigo de la violencia, se defendió con la palabra: “¡Calamidad! ¡Montón de mierda!”, berraba mientras le caían golpes. En ese momento Gil actuaba como dueño del club rojiblanco y no como político, pero al alcalde del municipio alicantino de Pego, Enrique Coll, le cuesta comprender esa diferencia y piensa que en el salón de plenos puede amenazar a un rival como si estuviese en el Oeste. Un concejal pepero aseguró que le parecía un escándalo que se hubiese subido el sueldo hasta los 3.000 euros y le recordó que su mujer cobraba 1.700 como empleada municipal. Contrapuso esa situación a la de muchas familias del pueblo que viven con sueldos bajísimos. La respuesta del regidor fue clara: “Que quede grabado, te parto la cara, bonito, como vuelvas a nombrar a mi mujer”. Que medo!

El regreso de Jesús Gil

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