La felicidad de los coruñeses
A Coruña vuelve a aparecer en los xornais del otro lado de Pedrafita por las cuentas del cumio de la Liga de las Ciudades Rebeldes que montó Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira. El alcalde, poco amigo de las corridas de toros –Galicia, Mellor sen Touradas–, se pone, sin embargo, el traje de luces da un capotazo y asegura que se trató de un acto de institucional. Sería todo lo institucional que quiera, pero cada vez hay más sospechas de que algunos partieron, repartieron y se llevaron la mejor parte. Y es que él anda metido ahora en cuestiones de pasta, pues quiere comprar La Solana, tal vez para comprobar si cuando sube la marea –que no significa ponerle tacones a alguna concejala– se llenan las piscinas. Si el complejo deportivo pasa a ser de propiedad municipal, los coruñeses serán, sin duda, más felices, como lo son después de que la xente do común llevase al pleno la condena de los paraísos fiscales. Acabar con la tristeza de los ciudadanos no es una broma, de ahí que cobre fuerza el rumor de que un insigne mareante está a punto de dar un chimpo de los que hacen época. No es que lo vayan a nombrar secretario general de la ONU, pero A Coruña ya se queda pequeña para sus aspiraciones, políticas, eh, que nadie piense mal. Su marcha sí que haría felices a muchos.
La guerra entre Díaz y Sánchez, pero con acento gallego
LA batalla de Elviña no fue como la de Bailén, pero tampoco se trató de una escaramuza sin importancia. La que enfrenta a Susana Díaz y a Pedro “La sonrisa” Sánchez no es cruenta –al menos, hasta ahora; que nunca se sabe qué puede pasar en el futuro–, se ajusta a las técnicas de la guerra moderna y todo parece muy light, pero en el fondo se reparten unos buenos estacazos, que, eso sí, no dejan marcas visibles. Por aquí, la franquicia enxebre del PSOE anda embarcada en un conflicto semejante. Xaquín Fernández Leiceaga y José Luis Méndez Romeu se las tienen tiesas, eso sí, mostrando de puertas afuera una flema británica que ya quisiera sir John Moore. Además, no hay color entre una guerra en la que los contendientes se amenazan con un “heite matar, lambón” y otra en la que un bando emplea el “ej que la ha tenido que matar” y el otro el “ozú, mi arma, que te voy a hasé’daño”.
Feijóo vuelve a clavarla con Podemos
ALBERTO Núñez Feijóo no pasará a la historia por sus frase geniales, sino por su decisiones políticas. Sin embargo, cada vez que habla sobre Podemos, la clava. Aún se recuerda “yo soy de más de Podemos que los de Podemos” y los hechos, las políticas sociales de la Xunta, le dan la razón. Ahora ha afirmado: “Lo más verde que ha visto Pablo Iglesias es el césped de la Complutense”. Quizá ha exagerado un poco, porque se supone que alguna vez habrá comido una ensalada que llevase lechuga, pero si no ha acertado al cien por cien, lo ha hecho al 99,9%,
Rosell no pasó de aspirante
SI el camarada general, el antiguo Jemad José Julio Rodríguez, estaba pensando desertar, porque el uniforme morado no le sienta bien, Victoria Rosell ya ha colgado la toga morada y ha pedido el reingreso en la carrera judicial. Tanto follón como ha montado en los aeropuertos con su ir y venir de Canarias a Madrid cansa a cualquiera y además, ¡oh, casualidad!, al no ser diputada la causa abierta contra ella por cohecho y prevaricación baja del Supremo al Superior de Canarias.
El futuro de Cataluña pasa por la tribu
ANNA Gabriel, dirigente de la CUP con look de batasuna, asegura de sí misma que es “una puta y una follada”, pero sus males no se reducen a las cuestiones sexuales; de la cabeza tampoco anda muy bien. Como la cultura occidental es pobre, ella apuesta por “tener hijos en común para que los eduque la tribu”. El que salga con buen ojo podrá ir al parque Güel con una lanza a cazar bisontes y el torpe pintarlos en las paredes de la Sagrada Familia. Las agencias de viajes están felices, podrán ofrecer una visita combinada a Atapuerca y a una sede de la CUP.
Los inversores patrióticos ya preparan su viaje a Madrid
NOVACAIXAGALICIA desapareció hace mucho tiempo de la memoria de los gallegos; hablar de ella es casi como hacerlo de un engendro perdido en la noche de los tiempos. Sin embargo, como los jueces se rigen por un huso horario diferente al del resto de los mortales, la Audiencia Provincial aún acaba de rechazar ahora la reclamación de varios inversores patrióticos –Hijos de Rivera, Coren, Copasa, Inversiones Subel, Concable y Río Breiro– a los que entre NCG y el FROB les volatilizaron 20 millones. El pleito acabará en el Supremo... échale hilo a la cometa.
Viva la gente, alguna
LOS nuevos alcaldes están muy volcados con los problemas sociales, según dicen, aunque a veces confunden la línea roja que separa el drama del borde de la ley y de este modo salen los tiros por la culata. El regidor ferrolano es muy dado a sentarse con todos o casi todos, sin preocuparse de saber si es correcto o, simplemente, no procede. Pero con estos de Up With People todo es posible y no tardará mucho en que se realice una gran coreografía en la plaza de Armas entre todos los colectivos marginales, sin que se hubiese intentado sacarlos de la marginación, no vaya a ser que los de Viva la Gente se queden sin argumentos de trabajo y sin foto diaria. Es que la normalidad y el trato por igual no mola en el mundo real, hay que ir a lo virtual
Mosquera tira la piedra en vez del balón y esconde la mano
ANDABA el deportivismo de los nervios antes la posibilidad de que Lucas “Buah, neno” Pérez se rebautice como Lucas “Booah, boy” Perés, y en esto apareció Mosquera y desencadenó un terremoto en las redes sociales blanquiazules. No llegó a ser tendencia mundial, pero Twitter echaba humo con cheiro a Bens. El mediocentro demostró que es un gran lanzador de piedras –los balones los lanza de pena desde el mismo día en que renovó– y que aún es mejor escondiendo la mano. “Somos profesionales, pero quizá alguno no lo ha sido del todo”, aseguró. Eso de las acusaciones a medias no está nada bien; o se dan nombres o mejor quedarse callado. Las insinuaciones nunca son buenas, porque uno que sospeche que se refieren a él la puede emprender a golpes con el teléfono de aludidos.