Lla que se ha montado a cuenta del chabolito que se han agenciado Pablo Iglesias y su compañera Irene Montero. Y es que parece que los de derechas no quieren entender que todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna, que así lo recoge la Constitución y pocas cosas hay más dignas que un chalecito de 200 metros, con casita de invitados, piscina y una finquita de unos cuantos miles de metros, por aquello de dar rienda suelta a la imaginación en medio de un ambiente bucólico. Que la casita en cuestión cueste 600.000 euros es accesorio, al fin y al cabo, Iglesias y Montero lo pagan con lo que ganan gracias al esfuerzo diario que realizan para perseguir a los fachosos que especulan con viviendas que niegan a los desfavorecidos. Además, seguro que la acaban donando a una ONG.