Una cuestión de iniciativa política

S eamos claros, Rajoy quiere que la mayoría absoluta que le habían dado las urnas en 2011, ahora se la dé el Parlamento gratuitamente después de haber perdido tres millones de votos y de la desconfianza de todos los partidos políticos sin excepción hacia su persona, portadora de un legado de empleo precario, recortes en sanidad, dependencia y una educación sin igualdad de oportunidades con deuda pública insostenible por rescates bancarios y reducción de impuestos a quienes más debieran aportar, de socavar las libertades públicas a la vez que Interior es sospecho de fabricar pruebas contra partidos políticos, con ministros cesantes investigados por corrupción y a partir de octubre con insignes políticos populares juzgados por corruptelas, situación inédita en democracia. Difícil, pero después de dos elecciones los votantes optaron de nuevo por un Parlamento plural, lo que se debe respetar y evitar unas terceras elecciones.
Los hechos dicen que es hora de solucionar el desempleo, la austeridad para las rentas medias y bajas, reducir las desigualdades con servicios públicos en igualdad de acceso, recuperar las pensiones, cambiar las bases de desarrollo con otra política industrial y energética sostenible, paliar la corrupción, solucionar el contencioso catalán y la financiación autonómica o regenerar las Instituciones, además de recuperar peso político en Europa y América Latina.
La falta de reflejos del PSOE para ver tanto la capacidad del PP de tensar los tiempos con tal de llegar al poder como la intención de Iglesias de evitar que los socialistas gobiernen, coloca la pelota en su tejado para dar salida a esta grave situación.
Así las cosas, Pedro Sánchez debe analizar las consecuencias para España y su partido de unas terceras elecciones y de las inminentes gallegas y vascas. Suya es la responsabilidad de recuperar la iniciativa para que el Parlamento facilite y condicione un gobierno con Las Cortes liderando la actividad política en esta XII Legislatura, necesariamente corta, para poner las bases de la recuperación y regeneración. A día de hoy, las opciones de posibilitar un gobierno popular de Rajoy sin contrapartidas, incluso sin Rajoy, o presidir un gobierno a merced de unos volubles partidos emergentes no parecen aconsejables.

Una cuestión de iniciativa política

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