Los ladrones son cada vez más desalmados. Un buen ejemplo de ellos es el cura de Viveiro, que fue asaltado por tres hombres corpulentos cuando entraba en su casa y que le robaron mil euros que guardaba en un sobre en su despacho. Lo curioso es que los atracadores lo dejaron atado de pies y manos a una silla y el pobre hombre tuvo que salir de su domicilio a saltitos, hasta que los vecinos lo vieron y acudieron a ayudarle. La Policía intenta ahora localizar a los desalmados cacos que le hicieron esto al veterano sacerdote de 85 años de edad y que pasó uno de los peores momentos de su vida. Eso sí, en lo positivo hay que destacar que, afortunadamente, no le produjeron ningún daño físico.