La lluvia de ayer pudo tal vez haber menguado la asistencia a alguna de las celebraciones festivas que sirven de colofón al calendario veraniego en la comarca, pero lo cierto es que no faltaron incondicionales que, pese a lo desapacible de la jornada, no quisieron perderse los estertores del rico panorama etnográfico de la zona. La oferta era incluso variada, ya que se podía elegir entre asistir a la Festa do Pan de Neda, As Peras en Pontedeume o el homenaje al caballo que, por cuarto año consecutivo, tuvo como epicentro la parroquia ferrolana de Mandiá. Tiempo pues para las últimas celebraciones antes de encarar el otoño.