La economía española está creciendo a tasas superiores al tres por ciento, se han creado cerca de dos millones de puestos de trabajo, las empresas empiezan a ganar dinero y todo el mundo reclama más dinero: pensionistas, asalariados, empleados públicos. Y parece justo. Sin embargo, no todos los colectivos están en iguales condiciones para conseguirlo. Empecemos por los asalariados. No todas las empresas en las que trabajan han logrado cuadrar sus cuentas. Muchísimas sociedades, sobre todo pequeñas y medianas, aún no han entrado en ganancias y muchas lo han logrado internacionalizándose, asumiendo riesgos en el tipo de cambio o en el cobro en tiempo y forma de sus ventas.
Las grandes, sin embargo, sí están subiendo salarios, pero como todo el mundo sabe sus trabajadores no son en España una mayoría. La gran parte del empleo está en las pymes y muchas, ante esa falta aún de resultados positivos suficientes, han optado por contratar en lugar de subir salarios. En todo caso, en los próximos dos años, según ha avanzado Funcas, se crearán en España 800.000 puestos de trabajo, lo que supone que las cosas le van a ir definitivamente mejor a casi un millón de personas más. Siempre se ha dicho y es cierto que la mejor política social es crear empleo. Incluso para el otro asunto que esta semana estará de nuevo en el centro de debate: las pensiones.
Sobre este asunto también se hace demasiada demagogia. Veremos lo que da de si la comparecencia de Rajoy y lo que tiene que decir la oposición. El agujero de la Seguridad Social puede aumentar hasta los 20.000 millones de euros si se sube la pensión hasta el IPC (que digo yo que habrá que esperar a ver cómo acaba el año). Pero, en todo caso, ese agujero hay que financiarlo y eso supone más impuestos para los trabajadores (los hijos y nietos de los pensionistas actuales) que es menos capacidad de consumo y para las empresas menos inversión y menos empleo. La pescadilla que se muerde la cola. Es falso, como dice la izquierda, que esto se solucione a corto y medio plazo, con el fraude fiscal o acabando con la corrupción. Hay que buscar fórmulas con sentido y sobre todo que piensen en el presente y en el futuro.