EL tambor del Bruch –ahora se diría Bruc– fue un chaval catalán que se hizo famoso allá por la Guerra de la Independencia al poner en fuga al ejército napoleónico gracias a su destreza como percusionista. El sonido de su redoble reverberaba en los montes, los franceses pensaron que se les venía encima un contingente descomunal y huyeron despavoridos. Su figura ha servido de fuente de inspiración a la república, que pensó en Lluís Llach, blandiendo su estaca, para pone en fuga a los españoles, pero a su edad ya no está para correr por los montes; el rapero Valtonyc podría haber sido otra opción, pero al escaparse a Bélgica perdió todas las posibilidades. Ahora bien, como la Generalitat nunca da su brazo a torcer, ha cambiado el proyecto del servicio militar por un servicio civil. Está visto que son gente de armas tomar.