Ricos y pobres

La crisis y los recortes están golpeando a toda la sociedad española, pero se ceba de forma especialmente virulenta con los más desfavorecidos. En España la pobreza afecta a 12 millones de personas que viven con lo mínimo para salir adelante y, según datos del Informe de la Realidad Social 2012 elaborado por Cáritas, de esa cifra tres millones padecen pobreza severa, es decir, tienen unos ingresos inferiores a 307, que aumenta de forma acelerada y hoy duplica la del año 2007. La pobreza extrema -el jueves pasado fue el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza- es el peldaño anterior a la exclusión social.   
La organización de la Iglesia católica alerta de la irrupción de “una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social que agudizan las políticas de ajustes y recortes, la prolongación de las situaciones de desempleo y el agotamiento de las ayudas económicas de carácter social”.
No hay datos en ese Informe relativos a Galicia, pero Cáritas Interparroquial de Santiago señalaba en el mes de mayo que también en nuestra comunidad la crisis económica y el avance del desempleo provocan que 120.000 personas vivan en una situación de pobreza de carácter severo. Algunas de estas personas cobran pensiones muy bajas y los que sufren mayores dificultades residen en albergues, infraviviendas o están en la calle.
Por contra, el número de millonarios aumentó en 47.000 personas, un 13,2 por cien, entre mediados de 2012 y la primera mitad de este año hasta alcanzar, según el último informe sobre la riqueza mundial que publica el banco suizo Credit Suisse. Es verdad que siempre hubo ricos y pobres, pero ahora las diferencias se agrandan y este aumento del número de los  ricos se produce mientras la economía atraviesa la recesión más larga de los últimos cincuenta años, el paro está en máximos históricos y las administraciones aplican ajustes y recortes desconocidos hasta ahora. Es el hueco que dejan los pobres.
Los informes de Cáritas no abren los telediarios ni tienen eco relevante en los medios de comunicación, seguramente para no empañar el relato optimista oficial de la recuperación que reflejan la Bolsa, la prima de riesgo, las exportaciones o el turismo.
Pero tres millones de personas en la pobreza extrema -¡307 euros para todo el mes!- no pueden ser ignoradas porque son demasiadas cabezas pensando. Si no se pone remedio a semejante situación, podemos estar en el prólogo de graves tensiones sociales que deterioran la democracia y abren la puerta a los movimientos populistas más exacerbados.

Ricos y pobres

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