La ministra de Empleo y Seguridad Social, Magdalena Valerio, se lleva las culpas de todos. Son muchos los que la señalan a ella como la mujer que hizo que Sánchez anunciara desde la tribuna del Congreso en su fallida investidura que España iba a bajar de los tres millones de parados. Una pena que se equivocara, porque los últimos datos del paro son nefastos. El desempleo se redujo en 4.253 personas, la cifra más baja en un mes de julio desde 2008. Un record difícil de superar teniendo en cuenta que estamos en plena campaña turística y que hace presagiar un otoño muy frío, al menos en el terreno laboral.