Libertad de expresión

Hay personas y organizaciones que no tienen ningún tipo de sensibilidad, empatía ni consideración hacia los profesionales que ejercen sus actividades laborales con la mejor voluntad. Sucede que una responsable de la Coordinadora de la Red de Normalización Lingüística de Galicia ha sido entrevistada por un diario en relación a la lengua gallega y en un momento del encuentro periodístico señala que “actualmente, ninguna persona culta debería atreverse a hablar en público en castellano, porque sería ir contra nosotros mismos y contra lo nuestro …”.

Simplemente por estas declaraciones, ni más ni menos, alguien aprovecha la situación para generar polémica y alimentar la guerra política sobre el idioma, pidiendo incluso el cese de esa persona por las declaraciones vertidas al amparo de la libertad de expresión, a la que todos los españoles tenemos derecho, aunque no coincidan con los planteamientos de ciertos colectivos o entidades que defienden, de manera indirecta, la ideología de  determinadas formaciones políticas.

España, la bandera, el castellano y sus símbolos institucionales, de los que tanto se hablan como “arma política”, son de todos los españoles, piensen como piensen o profesen la ideología que consideren. Lo mismo sucede con el gallego, el vasco o el catalán, que son lenguas oficiales, igual que el castellano, dentro de los territorios autonómicos y que desde sus instituciones tienen el derecho y la obligación de mantener vivos y divulgar su conocimiento, como también se establece en la propia Constitución española y en los propios Estatutos de Autonomía. 

Libertad de expresión

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