LA CRISIS DEL PSOE

En noviembre del año pasado, el PSOE se reunía en una conferencia de renovación ideológica con el objetivo de recobrar impulsos para volver a entusiasmar a la militancia, conectar con la sociedad y tomar fuerzas para batir al Partido Popular. Tras horas de deliberaciones sobre las cerca de 1.800 propuestas, un entusiasmado Rubalcaba proclamaba “el PSOE ha vuelto, compañeros”.
Pero la Conferencia se cerró en falso. De allí salieron “propuestas que se han parecido demasiado a una carta a los Reyes Magos..., ofertas difícilmente financiables”, en palabras de Joaquín Leguina, y “las resoluciones estrella tienen su origen en un diagnóstico erróneo y terminarán siendo capotazos al viento”, escribió Nicolás Redondo. Ni solucionó los problemas internos ni presentó una oferta atractiva a la sociedad, la Conferencia no alumbró al verdadero Partido Socialista.
Toda realidad que se ignora prepara su venganza, decía Ortega, y seis meses después, por no haber diagnosticado bien sus problemas, esta formación está atravesando la peor crisis de los tiempos modernos, acentuada tras la dimisión de su secretario general por los resultados obtenidos en las elecciones al Parlamento europeo. Está en el punto de partida anterior a la Conferencia y busca nuevo líder.  
Ellos sabrán cómo hacer frente a este “estado de crisis” que les acompaña desde hace meses. Hasta ahora la imagen que transmiten es la de una lucha descarnada por el poder entre los aspirantes a la secretaría general, a los que parece interesar más el control del partido que su renovación ideológica.  
Seguro que lo saben, pero conviene recordarles que los ciudadanos esperan algo más que un cambio de caras. No es un problema de si el líder se elige en primarias o en un congreso. Interesa más saber, dice Ignacio Urquizu, qué perfiles tienen los que quieran liderar una organización y qué ideas ponen sobre la mesa. “El problema de liderazgos ahora mismo no es de personas ni de ideas, es de personas con ideas”. Y de personas con ideas andan escasos los partidos políticos, también el socialista.
Ojalá acierten en la elección de un secretario general que sea capaz de armar un equipo, organizar el partido y liderar la redacción de un programa con propuestas serias y creíbles para responder a los problemas que preocupan a la sociedad. La estabilidad de España necesita que el PSOE recuperado, que vuelva a ser el partido que ilusione a la sociedad.  

LA CRISIS DEL PSOE

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