Vaya pájaros

el mismo día en el que la Conselleira de Infraestruturas veía patético un nuevo retraso del AVE, el Tribunal de Cuentas Europeo criticaba las ineficiencias del AVE, en particular el español, y recordaba que nuestro país había recibido catorce mil millones de euros de los fondos comunitarios –con diferencia el que más de toda Europa – y se asombraba del sobrecoste de algunas obras y, en líneas generales, señalaba como epitafio que las líneas circulan a velocidad inferior de la prevista y que los itinerarios se diseñaron desde criterios políticos.
Seguramente nuestra conselleira de Infraestructuras estaba de vacaciones todos estos años en los que el Partido Popular, su formación, era el responsable de lo criticado y, por los tanto, receptor de la bronca. Y tampoco (la amnesia del PP) se enteró de que el Gobierno de Mariano Rajoy pagó sobrecostes por seiscientos millones de euros en obras públicas desde diciembre de 2014.
Una sentencia, informa Eldiario.es, obligó al Ejecutivo marianista a revelar los costes ocultos de los proyectos de obras públicas, pero continuó ocultando informes de sobrecostes de obra adjudicada por Adif, AENA y Renfe.
Vaya pájaros. Resulta que la citada conselleira, que apremia ahora al Gobierno de Madrid y hace muy bien, se mostró cauta con lo prometido por sus jefes de partido hace meses, pues “son ajustables” y tienen tanto la posibilidad de adelantarse como de retrasarse ¿?, y que el cronograma viable y claro del Gobierno anterior es ejecutable, viable y completo (sic).
El “caso” del AVE nos tuvo tan entretenidos durante años y conoció apartados tan divertidos como aquella declaración de Fraga en la que apostaba por un tren sin demasiada velocidad para contemplar nuestro hermoso paisaje, hasta la propuesta de Cuiña de un AVE con pasajeros y carga.
En medio de tantas risas y lágrimas, con el Partido Popular y el PSOE en el Gobierno, la cuestión de los plazos –dos mil nueve, se dijo una vez, dos mil trece en el pacto de los Tilos y ahora para la Nochebuena del 19, y en período de pruebas– el personal ya está harto de tanto pájaro de cuentas que nos han contado muchos cuentos y que, finalmente, el Tribunal Europeo de Cuentas firmaba un informe demoledor, poniendo negro sobre blanco, cuentas en mano, todos los cuentos sobre el tren de alta velocidad. Otro aldaraxe como la fallida transferencia de la AP-9 ¡Vaya pájaros!

Vaya pájaros

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