Amigos de la ópera, entidad presidida por Natalia Lamas y bajo la dirección de César Wonemburger, continúa, contra viento y marea, con su programación lírica de temporada con el concierto dentro del ciclo “Nosos Intérpretes”, protagonizado por dos figuras de excepción: el barítono coruñés Javier Franco y el compositor Juan Durán, que hizo las veces de intérprete pianístico presentando en la primera parte del concierto algunas de las magníficas canciones que nos revelan la honda sensibilidad de un creador conocedor del oficio y la técnica y poseedor de una particular sensibilidad musical y poética.
Decía Monteverdi: “que la palabra sea el alma de la música”, algo traducido en la obra de Durán en un lenguaje actual y personal, que convierte a cada una de estas canciones en verdaderas obras de arte. Miguel Hernández –Menos tu vientre–,Antonio Machado –Canción de Guiomar–, Vicente Alexandre –Tu nombre–, y poetas “más nuestros” como Marica Campo –Baixei ao teu amor– o el reconocidísimo Miguel Anxo Fernán Bello –O límite increado do mundo, de “Finisterrae”– fueron la cristalina fuente literaria en la que bebió el compositor para hacer una maravillosa música que, como decía Goethe “empieza en donde acaba la palabra”. En la segunda parte, nos situamos en el mundo de los consagrados “clásicos”, sin poder faltar la presencia zarzuelística. Un programa más que exigente, que requería mucho de la voz, la de Javier Franco, que demostró estar en un gran momento… ¿El que le llevará a la Scala? Seguro que sí y de la forma en que hay que hacerlo. Franco y Durán conquistaron a un público exigente y entendido, regalando dos “bises” fuera de programa: El inolvidable tango El Día que me quieras y la hermosísima canción Alfonsina y el Mar: “…Una voz antigua, de viento y de sal, te requiebra el alma y la está llevando…”. Ellos nos llevaron con su música al vientre vivo y profundo del mar: Fuerte como la ola, suave como la espuma.