Todo parece indicar que Carles Puigdemont podrá concurrir a las elecciones europeas. El Supremo ha decidido que no hay nada que se lo impida, pero deja la decisión en otro tribunal, ya que considera que la resolución final no depende de ellos. Y hasta cierto modo, tranquiliza que el expresident pueda concurrir a los comicios, aunque solo sea por evitar la campaña que los secesionistas podrían montar a cuenta de un veto a su candidatura. Eso sí, que Puigdemont todavía no descorche el champán, porque una cosa es que se presente, incluso que gane su escaño, y otra muy diferente que pueda tomar posesión del mismo. Para ello tendría que venir a España y, en ese momento, podría ser detenido, ya que está procesado y fugado de la justicia. Así que el ansiado refugio de Bruselas todavía le que da muy lejos. Casi tanto como Canada, país al que no pudo entrar por que le timó una empresa catalana. Ya ven, ironías del destino.